Almería. 4 de la mañana. Noche cerrada. Dos hombres y un destino. Silencio ensordecedor. Puede parecer el comienzo de una novela de Agatha Christie. Pero no lo es. Ocurrió en Benalmádena el pasado 14 de Agosto. Dos paleontólogos del servicio canario de empleo que se encontraban de vacaciones en un hotel de la costa salmantina han hecho el mayor descubrimiento de los últimos meses en materia deportiva.Los descubridores pasaban su última noche en el hotel cuando , con alguna copa de más, decidieron ir a la última planta para darse un baño en la piscina. Uno estaba en el agua y el otro yacía tumbado en la hamaca mirando a las estrellas y pensando “ qué bonito lugar” cuando éste último, víctima de una intoxicación etílica, cayó de la hamaca sobre el césped y notó una dureza que sobresalía del mismo. Comenzó a escarbar y viendo con asombro que no tenía fin y dibujaba la forma de un inmenso animal llamó con desesperación a Serafín “ Vente , la hostia, que esto no tiene parangón “ le dijo. Al verlo, “ ños, su puta madre “ exclamó, abrazó a su amigo Gervasio gritando “ El pelotazo de nuesta vida!” y decidieron ir al periódico más cercano para contar y publicar lo sucedido. La mala suerte se apoderó de ellos ya que en el camino les paró la Guardia Civil. Dieron positivo y al contar la historia los guardias pensaron que no era sólo alcohol lo que tenían en el cuerpo. Pasaron la noche detenidos bajo exámenes psiquiátricos hasta que la mañana siguiente el juez comprobó que era cierto lo que contaban. Serafín y Gervasio pasaron la mejor noche de su vida detenidos pero después se hicieron de oro y abrieron una cadena de supermercados a la cual llamaron “Hiperdino”.
En la tarde de ayer saltó la noticia de que el polifacético Julián Muñoz había desaparecido en la cárcel de Alhaurín de la Torre. Presos allegados al ex alcalde aseguran que la última vez que lo vieron fue corriendo por los pasillos del centro penitenciario con la mirada perdida y gritando con voz desgarrada “Isabeeel, Isabeeel, Isabeeel” . 
