En ningún momento se habló de la desaparición de las joyas , valoradas en tres millones de euros, ni de la rotura del escaparate de veinte metros cuadrados, ni de la violación de la hija del joyero, ya que esto , según el denunciante , no es lo más importante. “El peso de la justicia debe caer sobre aquellos que ocultan su rostro” decía incesantemente el joyero pacense.
El momento de mayor tensión se produjo cuando el juez, después de hacer un inciso para entrar en directo en el programa Protagonistas de Luis del Olmo, preguntó entre sollozos a los acusados por qué lo habían hecho. La respuesta fue que “hombre! una vez metidos en España aprovechamos que el Pisuerga pasa por Valladolid”.
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