Las estrictas medidas de seguridad en los aeropuertos están haciendo que las mafias de la droga recurran a nuevos sistemas para tratar de burlar los controles policiales. Ayer el ciudadano checheno Ignacio Medina fue detenido en Barajas al llevar 64 kilos de cocaína bajo los párpados. Los gendarmes sospecharon de Ignacio cuando este intentó guiñar el ojo a una atractiva azafata de Air Madrid y súbitamente cayeron al suelo los 32 kilos que portaba bajo ese párpado. Al instante se personó en el lugar Laika, el perro policía en prácticas de la T4, que confirmó la identidad del alijo y tomó las huellas dactilares de todos los allí presentes. El incidente hubiese quedado en mera anécdota de no ser por la escandalosa trifulca que se produjo entre Laika y el carnero de un legionario que en ese momento pasaba por el lugar, circunstancia que aprovechó Ignacio para darse a la fuga sin previo aviso. La policía aduanera cree que el sospechoso puede encontrarse ahora mismo en paradero desconocido.
1 comentario:
El incidente entre la perra policía y el carnero de la legión no es más que un reflejo de la tensión existente entre la poli y el ejercito.
Publicar un comentario